Después de las privatizaciones de los 90, nos encontramos en España con unas petroleras que obran un milagro digno de un estudio de Íker Jiménez: parece que en lugar de usar, como todas las demás empresas del mundo, uno de los dos métodos de contabilidad, FIFO (First In First Out) o LIFO (Last In First Out), usen cada uno de estos dos métodos según la evolución del precio de su materia prima. Cuando sube el petróleo, son LIFO y actualizan el precio en los surtidores inmediatamente. Cuando baja el petróleo, son FIFO y esperan a que el petróleo que acaban de comprar barato sea refinado, pase a las gasolineras y se venda para bajar los precios. Y esto lo consiguen hacer en un mercado de libre competencia, es un milagro.
Repsol era una empresa del Estado y fue privatizada y sacada a bolsa con una capitalización de medio billón de pesetas, es decir, 3.000 millones de euros. Hoy capitaliza 22.360 millones, y por el camino ha ido soltando un dividendo que yo estimo superior a la inflación, grosso modo. Esto es lo que llamaban la "eficiencia de la gestión privada".
En 2015, ya Repsol, Cepsa y otras petroleras fueron condenadas por la CNMC por pactar precios y les pusieron una multa de 32,4 millones para todas, pura calderilla.
El tema de las petroleras yo creo que merece una regulación ya clara y contundente, porque pienso que estos sinvergüenzas tienen un cártel, expreso o tácito, no están compitiendo. Las ministras que Sánchez coloca yo no sé si se enteran de algo, si se preocupan de algo más que de colocar mujeres en los consejos. Ahora dice Nadia Calviño que quiere quitarles la ayuda de 20 céntimos por litro. Aquí el único que ha abaratado la gasolina ha sido Miguel Primo de Rivera, que fue el que nacionalizó el mercado del petróleo y creó CAMPSA.
Repsol, por ejemplo, publica sus resultados trimestrales hace unas semanas. En el primer trimestre de 2022 ha ganado 1.056 millones limpios, multiplicando por más de dos el resultado del primer trimestre de 2021, pero en ese tiempo la producción total en miles de barriles diarios ha caído un 12,5%. Pero lo mejor viene cuando desglosan los resultados entre la producción de crudo y lo que llaman "industrial", que es la actividad de refino y venta (lo que es pasar del petróleo a la gasolina vendida, vamos): ganaron 73 millones en el primer trimestre de 2021, en este último trimestre han ganado 236 millones, han multiplicado por más de tres. Y dicen los tíos: "En Refino, el resultado operativo fue superior en 334 M€ respecto al del mismo periodo del año anterior debido principalmente a los mayores márgenes de refino y las mayores tasas de utilización en las unidades de destilación". Es decir, que con una caída de hasta el 27% en el consumo de combustibles, con la gente apretando el sueldo y yendo a pata, los tíos se marcan un +223% interanual en beneficios, después de los precios ya inflados del crudo, aumentando a tope los márgenes.
A las petroleras en España hay que atarlas bien en corto y lo que yo haría es lo siguiente:
Cada lote de barriles extraído o comprado debe ser identificado y debe permitir una completa trazabilidad hasta el surtidor, debiendo informar mensualmente a la CNMC del margen de beneficio aplicado.
Ese margen de beneficio no podrá superar el margen medio aplicado por otras petroleras europeas en una situación normal.
Cualquier indicio de pactos de precios o situaciones raras y contra el mercado desencadenará una investigación exhaustiva de la CNMC y acarreará multas de gran magnitud y responsabilidad penal de los directivos. Repsol está hoy dirigida por un ex político del PNV.