El artículo final de esta serie lo voy a dedicar al plan de acción que, según los Aliados, la Tierra debería seguir para preservar su independencia.
La primera recomendación que nos hacen es que entendamos el valor del libre pensamiento:
Solo en los mundos donde se valora y se apoya la libertad individual es el Conocimiento un verdadero énfasis y objetivo, no solo para el individuo, sino para la nación en general. Es por eso que en las naciones donde no existe la libertad individual se teme y se evita el Conocimiento, porque el poder del Conocimiento puede estimular la creatividad individual, la disidencia individual y diferenciación individual respecto a la voluntad y la dirección del grupo. Es esta libertad y creatividad lo que a da a su vida sus cualidades dinámicas, su poder y su potencia. Esto permite que el individuo cumpla su destino en el mundo.
El poder y la influencia en el universo no van a venir de una tecnología superior, sino de la creatividad y el razonamiento. Es por eso que temen tanto nuestra música, porque es un lenguaje universal que transmite autoafirmación y libertad.
Los Aliados defienden las religiones, y creen que una parte fundamental de la estrategia de sometimiento es sustituir las religiones verdaderas por pseudorreligiones tecnológicas o ideologías basura.
Como ya expliqué en el artículo anterior, su concepto de Conocimiento se identifica con lo que nosotros llamamos fe religiosa, y para ellos es la única forma que tenemos de protegernos:
Esta es de nuevo una de las razones de por qué los sabios permanecen ocultos, porque ellos tienen el poder y la presencia del Conocimiento. La Intervención no sabe de este Conocimiento y no lo usa, por lo que representa la mayor fortaleza que ustedes tienen. Pero la conciencia del Conocimiento debe cultivarse. Debe reconocerse la necesidad del Conocimiento, porque su intelecto individual no puede competir con el poder de la mente grupal que existe en la Comunidad Mayor. Sin embargo, el Conocimiento en ustedes es inmune a su influencia y puede ver a través de sus engaños.
Los Aliados, por un lado, ven la necesidad de la disclosur a un nivel oficial, pero piensan que hay también otra disclosur a título particular, hay muchas personas que han visto cosas que no revelan por miedo a ser estigmatizados. Por tanto, la disclosur debe empezar por todos nosotros, primero dejando de hacer burlitas y luego divulgando inmediatamente lo que podamos ver o saber.
Hay una cosa en la que no estoy de acuerdo con los Aliados. Ellos creen que una disclosur completa crearía un pánico colectivo:
Los gobiernos del mundo no revelarán lo que saben porque no poseen defensas. Y las defensas que tienen no pueden emplearlas del todo sin avisar al público, y ellos no confían en que la opinión pública, sus propias poblaciones, apoyen ese esfuerzo sin entrar en pánico. ¿Anunciaría públicamente el gobierno de vuestro país: “Estamos experimentando una Intervención de razas de otros mundos. No entendemos realmente su tecnología. No estamos al corriente de todas de sus actividades. Y no tenemos defensa contra ellos”? Las personas creen que deberían ser informadas, pero la mayoría de ellas no podrían soportarlo o asumirlo. Correrían y tratarían de esconderse en alguna parte. Pensarían que se acerca el fin del mundo.
Yo discrepo de esto, las personas sólo van a entrar en pánico si perciben un peligro físico inminente. Si el peligro no es físico o no es inminente, no van a entrar en pánico. Es cierto que el sentido común aconseja una disclosur progresiva y reversible en la medida de lo posible, que es lo que actualmente EEUU está haciendo. Pienso que no vamos por mal camino, pienso que la gente buena dentro del Pentágono se está poco a poco imponiendo a los partidarios del encubrimiento.
Los científicos no van a solucionar nada en esta situación, son los intelectuales más generalistas los que pueden arrojar luz, pero sin una disclosur oficial y completa estas personas no van a entrar en ese tema, los prejuicios son una barrera aún demasiado grande.
El problema para los visitantes salta en el momento en el que desarrollemos desconfianza, ellos no pueden resistir un análisis crítico en condiciones, sólo pueden jugar de farol, aparecer con aspecto mesiánico desde el platillo volante y confiar en nuestra estupidez.
Pero el problema para nosotros es la dificultad para aceptar que no somos los más inteligentes, que somos una civilización de nivel medio-bajo que necesita que otros le protejan el espacio aéreo. Esto, para esta gente de tipo científico, que vive en la soberbia y en el creerse que tiene en su cráneo un tesoro irrepetible, es muy costoso.
En realidad, lo que más necesita la Tierra ahora no es tecnología sino conciencia, discernimiento y convicción interna.
Los Aliados nos desencantan con respecto a las grandes expectativas que hemos puesto en la tecnología:
Existen límites para la tecnología. Existen límites para los viajes. Existen límites a lo que cualquiera puede hacer con las máquinas. Ustedes aún no han llegado a esos límites, pero existen. Hay razas más viejas en su vecindario que han alcanzado esos límites, y es por eso que buscan utilizar el poder en el ambiente mental y desarrollar este poder, tanto para su propia defensa como para aprovechar las oportunidades que puedan existir dentro de su esfera de influencia y en sus regiones locales en el espacio.
El conocimiento real es el humanístico, el conocimiento técnico sirve para cumplir una función concreta, siempre a las órdenes de alguien, pero poco más. El desarrollo tecnológico excesivo, sin un desarrollo cultural que lo acompañe, hace más mal que bien.
Hay dos tipos de ignorantes con respecto a la intervención ET: los que niegan la existencia de los extraterrestres, porque no la pueden procesar mentalmente, y los que tienen una visión romántica y creen que vienen a hermanarse y dar pan.
Los Aliados critican duramente al científico mastuerzo que dice que no pueden venir los extraterrestres porque están demasiado lejos y la velocidad de la luz no se puede superar, piensan que es presuntuoso decir lo que los demás pueden o no pueden hacer:
Escucharéis a los científicos decir: “Bueno, no es posible que otra raza llegue hasta aquí, dadas las limitaciones en el desplazamiento y la velocidad, etc.”. ¡Qué presuntuoso! ¿Se atreven los seres humanos a suponer lo que otras naciones y culturas han sido capaces de desarrollar durante un largo periodo de tiempo? ¿Está el universo limitado por el entendimiento humano?
También dicen que muchos son los que especulan con los encuentros alienígenas con ilusión e interés, pero que cuando se les propone un encuentro real se cagan encima:
Puede que digan: “¡Bueno, por supuesto!”. Pero cuando se enfrentan a la perspectiva de un encuentro real, las personas lo ven de manera muy diferente. Su idealismo desaparece. Su romanticismo se pone en duda. Su gloriosa expectación se ve ensombrecida por la preocupación y la ansiedad.
Lo que lleva al negacionismo es el miedo a aceptar una realidad muy atemorizante.
Es también un error intentar pactar o negociar con los alienígenas que nos encontramos, porque esta gente proletaria viene aquí a cumplir unas instrucciones, ya sean abducciones, apariciones, contaminación cultural o espionaje, y sólo son engendros biológicos artificiales sin discernimiento, voluntad ni base moral, son como animales domésticos, aunque a un nivel intelectual muy superior.
Otro de los grandes errores de la humanidad es pensar que el progreso científico evita el egoísmo y la maldad. Sucede más bien al contrario, y nuestra propia historia nos debería hacer ver esto.
Los Aliados nos dicen también que lo que más nos va a sorprender cuando entremos en contacto ya oficial con estos seres es lo mucho que se parecen a nosotros, en lo bueno y en lo malo.
En lugar de obsesionarse con la prueba definitiva o los vídeos de Jeremy Corbell, es más importante entender que lo que dicen los Aliados es de pura lógica, que aunque lo hubiese escrito un terrícola seguiría siendo verdad. Hay que ver las cosas desde una perspectiva más alta, alejarse de los detalles para poder pensar con claridad:
Esta conciencia trasciende la cultura humana, el condicionamiento humano e incluso vuestra identidad biológica. Es una conciencia de la vida tal y como se está moviendo por todo vuestro alrededor y a través de todo lo demás. Necesitáis esta conciencia superior para entender las plantas y los animales, el tiempo meteorológico y el movimiento del mundo. La necesitáis para entender la presencia de fuerzas negativas en el Ambiente Mental y la presencia de las Fuerzas Angélicas, que están aquí para serviros. Y, sin duda, debéis tener esta conciencia para ser conscientes de las fuerzas de la Comunidad Mayor en el mundo y reconocer sus manifestaciones, sus intenciones y sus métodos. Necesitáis esta conciencia superior para distinguir amigo de enemigo.
La conciencia superior conduce al misterio, hay que acostumbrarse a creer sin tener certezas absolutas. Yo pienso que esa definición que hacen los Aliados puede corresponderse bastante bien con lo que es una conciencia de densidad 5, tal y como la expliqué en el artículo anterior de esta serie.
Si hacemos caso a las declaraciones de Aridif, la Tierra está controlada por los Dracos, una civilización reptiliana que en realidad busca proteger a sus congéneres intraterrestres. Es una civilización muy potente y no hay nadie que se vaya a atrever a venir aquí sin su permiso, si bien ese permiso para la Intervención sí que lo han dado para evitar que pongamos en riesgo el planeta.
De modo que la primera condición sine qua non para recuperar nuestra soberanía y nuestro derecho al libre albedrío es la unidad, tener una posición única que represente a toda la humanidad. El mosaico de países en guerra llama a la manipulación y la intervención. El problema aquí es declarar explícitamente que queremos que se vayan, porque dependen de que, en apariencia, nosotros estemos de acuerdo con su presencia.
Y aquí hay un problema, porque ya el motivo principal del encubrimiento ha sido el deseo de sacar ventaja de la ingeniería inversa frente a los otros países. Esto se está reconociendo implícitamente ahora como un error.
De hecho, es claro que la Intervención trabaja muy directamente en contra de esta unidad, y por eso está fomentando los conflictos humanos, sobre todo mediante híbridos que colocan como asesores de los políticos y los grandes magnates. No se trata sólo del wokismo, sino de guerras como la de Ucrania, que no tienen aparentemente ningún sentido.
La unidad va a ser también necesaria para la sostenibilidad medioambiental:
Ustedes también necesitarán esta unidad para hacer frente a la disminución de los recursos de su mundo y a las grandes y peligrosas consecuencias para la familia humana. Esto incluye el daño medioambiental que han causado en su mundo: el daño a sus sistemas climáticos, a su agua y a otros recursos necesarios para la vida, que han proveído y sostenido a la humanidad durante su larga y lenta evolución.
Esta autosuficiencia de recursos es la segunda condición para nuestra libertad, y esto no es fácil de conseguir. Según los Aliados, lo peor que le puede pasar a una civilización es el agotamiento de sus recursos, ahí acabará sometida sin remedio:
Ustedes no podrán centrarse en el crecimiento y la expansión, porque sus recursos restringirán su crecimiento y expansión, y en el universo no les permitirán alcanzar y tomar lo que necesiten de otros mundos más allá de este sistema solar.
Abogan por el decrecimiento, lo que implícitamente significa la obsolescencia del capitalismo. Y también puede que signifique la necesidad de volver a intervenir África para regular la natalidad.
Para conseguir ese objetivo de la sostenibilidad, los Aliados nos hacen tres recomendaciones muy claras:
Vivir con simplicidad.
Compartir los recursos.
Limitar nuestra población.
La tercera condición es la discreción. Este punto es prácticamente desconocido tanto para el público en general como incluso para muchos reputados ufólogos. Los Aliados se ponen las manos en la cabeza cuando ven que dejamos que nuestras transmisiones salgan abiertamente al espacio. La televisión, la radio, las llamadas telefónicas y casi todos los datos de internet van sueltos por ahí, y los puede encontrar cualquiera dentro de diez, cien o mil años, y eso sólo llamará a más gente viniendo para acá a intervenir. De hecho, los Aliados lo que han usado para conocernos a nosotros han sido estas transmisiones que salen al espacio. Esto tenemos que atajarlo y deberíamos pasar todas las transmisiones a la fibra óptica lo más rápido posible.
Y ahora estoy recordando los esfuerzos de la UE por prohibir la encriptación. Curioso.
Y esto incluye también nuestro ridículo envío de señales de radio al espacio, porque nadie usa esto para comunicarse y lo mínimo que puede pasar es que nos manden señales de vuelta para engañarnos. Es por una de estas señales que dicen los ummitas que se vinieron a la Tierra, y ya hemos visto que no tienen la más mínima intención de marcharse.
Sorprende, a este respecto, la defensa que hacen los Aliados de la vida bajo tierra:
Es el problema de vivir en la superficie de su mundo, donde todo puede ser observado. Muchas naciones avanzadas en el universo han optado por vivir bajo tierra con este fin, y algunas han optado por vivir bajo tierra por necesidad, porque si el sistema climático del planeta se distorsiona, entonces la vida en la superficie se vuelve difícil, incluso imposible. Vivir de forma subterránea tiene muchas ventajas. La discreción es una de ellas. Pero esa no es su condición actual, por lo que tendrán que encontrar otras maneras de mantener la discreción.
Entonces, si sigue el cambio climático, es posible que el futuro de la humanidad se parezca más a Fraggle Rock que a Star Trek.
La idea de que hay civilizaciones enteras bajo tierra remite directamente al llamado Archivo Lacerta. Es una teoría que me costaría mucho de creer, pero es cierto que tanto los Aliados, como Aridif, como Marina Seren hablan de esto. Recuerdo también que aquel personaje de J.J. Benítez llamado Ricky B. decía pertenecer a una civilización reptiliana que vivía en su planeta bajo tierra por problemas de cambio climático.
Disclosur completa e inmediata.
Desenmascarar a los híbridos, con análisis de ADN, espionaje o cualquier otra técnica. Vigilar muy bien a políticos y empresarios con poder para ver quién les asesora.
Controlar mucho mejor las desapariciones, hacer un censo e investigarlas con la hipótesis ET muy presente. Informar oficialmente a la población de esto para que abandone su candidez.
Determinar qué poderes fácticos han caído bajo la persuasión e intervenirlos. Esto obliga a reforzar el Estado y no permitir que haya un excesivo poder en manos de gente que no da cuentas a nadie.
Buscar una declaración de la ONU para rechazar la presencia de esta gente.
Eliminar los conceptos de terra nullius y otras lagunas legales que puedan aprovechar.
Establecer mayores controles en nuestra cultura para filtrar aquellos contenidos que nos resulten tóxicos.
Desarrollar dispositivos de observación de todo nuestro espacio aéreo.
Y aquí acabo toda esta serie de artículos, sólo falta publicar un epílogo con las citas recopiladas que no he podido incluir en los artículos. Espero que estos escritos hayan servido, no para "creer" en extraterrestres, sino para saber que, en caso de que se llegue a creer, es necesaria la desconfianza. Quien no crea, que siga sin creer, vivirá más tranquilo, pero quien quiera abrir los ojos que empiece por los textos de los Aliados y evite el azúcar ummita y toda la santería que se ha ido desarrollando.
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