El único propósito de toda la intervención de los Elohim y los avioides que los acompañaban fue implantar y propagar una modificación del ADN de la población humana. Como ya he venido explicando en los artículos anteriores, esa modificación se hizo implantando embriones sintéticos en unas cuantas mujeres y luego exterminando al resto de la humanidad. Este proceso duró varios siglos y se disimuló como guerras de conquista del territorio, pero eran guerras inducidas y asistidas por ellos. La Biblia refleja muy bien todo esto, no lo disimula en absoluto.
Por algún motivo, la alteración de nuestro ADN no consiguió eliminar toda nuestra herencia reptiliana, que se expresa en la energía kundalini, que arranca de los chakras inferiores. Por eso tuvieron también interés en manipular nuestra cultura, inculcando una represión sexual que dura hasta el día de hoy.
El cuidado extremo que tuvieron en preservar la pureza del ADN implantado puede verse en muchos pasajes de la Biblia. Por ejemplo, en Números 5:20-22:
Pero si, estando bajo la potestad de tu marido, te has desviado y te has mancillado, durmiendo con un hombre distinto de tu marido... El sacerdote entonces proferirá sobre la mujer esta juramento, y le dirá: "... Que Yahvé te convierta en maldición y execración entre tus paisanos, que haga languidecer tus caderas e infle tu vientre. Que entren estas aguas de maldición en tus entrañas, para que inflen tu vientre y hagan languidecer tus caderas". Y la mujer responderá: "¡Amén, amén!".
Los "hijos de Israel" sólo aceptaban el matrimonio entre ellos, y cualquier infidelidad se pagaba con la muerte inmediata, sin dar tiempo a que fructificase una posible gestación.
Tampoco se aceptaba matrimonialmente a ninguna muchacha que no fuese completamente virgen. Deuteronomio 22:20:
Pero si resulta que es verdad, si no aparecen en la joven las pruebas de la virginidad, sacarán a la joven a la puerta de la casa de su padre y los hombres de su ciudad la apedrearán hasta que muera.
El sexo debía ser meramente reproductivo. Deuteronomio 22:22-27:
Si se sorprende a un hombre acostado con una mujer casada, morirán los dos: el hombre que se acostó con la mujer y también la mujer. Así harás desaparecer de Israel el mal.
Si una joven virgen está prometida a un hombre y otro hombre la encuentra en la ciudad y se acuesta con ella, los sacaréis a los dos a la puerta de esa ciudad y los apedrearéis hasta que mueran: a la joven por no haber pedido socorro en la ciudad, y al hombre por haber violado a la mujer de su prójimo. Así harás desaparecer el mal de en medio de ti.
Pero si ha sido en el campo donde el hombre ha encontrado a la joven prometida y se ha acostado con ella tras forzarla, sólo morirá el hombre que se acostó con ella; no harás nada a la joven, pues no hay en ella pecado que merezca la muerte. El caso es semejante al de un hombre que se lanza sobre su prójimo y lo mata. Como fue en el campo donde la encontró, seguramente la joven prometida gritó, pero no había nadie que la oyera.
Cuestión distinta es cómo se realizó en primera instancia esa modificación genética. Hay que entender que los Elohim hicieron dos intervenciones: una primera en tiempos de Noé y otra miles de años más tarde para intentar revertir una intervención reptiliana posterior.
Esa primera intervención se cuenta en el principio del Génesis, que es una parte del Pentateuco que posiblemente escribieron los mismos Elohim y entregaron a Moisés.
Génesis 1:26-27:
Dijo Dios: "Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra; que manden en los peces del mar y en la aves del cielo, en las bestias y en todas las alimañas terrestres, y en todos los reptiles que reptan por la tierra". Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios lo creó.
Son varias las canalizaciones de Rob Gauthier en las que aparecen pleyadianos de distintos planetas que, cuando se les pregunta por su aspecto físico, responden que es el mismo que el nuestro, que apenas notaríamos alguna diferencia. Esas civilizaciones pueden haber sido también implantadas por los Elohim o por otros similares a ellos, anteriores o posteriores, porque lo que hicieron aquí fue práctica habitual en otras partes también.
En Génesis 2:8-14, se explica incluso dónde se criaron los primeros individuos en un espacio controlado. Esos individuos no eran los primeros humanos que existieron, pero sí eran la nueva versión modificada. El resto con el tiempo se "extinguió":
Luego plantó Yahvé Dios un jardín en Edén, al oriente, donde colocó al hombre que había formado. [...] De Edén salía un río que regaba el jardín, y desde allí se repartía en cuatro brazos. [...] El tercer río se llama Tigris: es el que corre al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Éufrates. Tomó, pues, Yahvé Dios al hombre y lo dejó en el jardín del Edén, para que lo labrase y cuidase.
Es posible que quisieran enseñarles técnicas agrícolas para que fuesen autosuficientes antes de soltarlos por la Tierra y poder ellos marcharse. Según las indicaciones que dan, el Edén estaría en los montes de Armenia, una localización física y clara. Es una zona muy fértil:
Otra cosa que se menciona de pasada en Génesis 2:22 es la posible creación de Eva por clonación de Adán, algo más bien raro. Mauro Biglino explica que la traducción como "costilla" es demasiado específica, y que en hebreo lo que pone es "parte lateral":
De la costilla que Yahvé Dios había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre.
Ya expliqué en un artículo anterior que la Biblia se refiere a Eva como ishá, una especie de neologismo que añade un morfema femenino a la palabra ish, que equivale a "hombre". A Biglino esto le parece muy raro, porque sería como llamar a Eva "hombra" en lugar de "mujer".
Pero hay una expresión aún más rara en Génesis 2:23:
Entonces éste exclamó: "Esta vez sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne".
Es decir, que Adán no había mostrado interés en aparearse con otras mujeres que le habían ofrecido anteriormente, por razones que desconocemos, y al ver una clonación de sí mismo con el sexo cambiado sí que tuvo querencia por fecundarla. No sabemos exactamente por qué ocurrió esto, pienso que la genética pleyadiana es apática sexualmente, pero el Génesis no concreta nada de esto.
Otra cuestión que queda en duda es la ascendencia de Abel, porque en Génesis 4:1-2 se usan unas expresiones ambiguas:
Tuvo relaciones el hombre con Eva, su mujer, que concibió y dio a luz a Caín, y dijo: "He adquirido un varón con el favor de Yahvé". Volvió a dar a luz y tuvo a Abel, su hermano.
Con Caín, se indica claramente que Adán tuvo relaciones con Eva y como consecuencia nació Caín, y además se remarca que esto se produjo con el favor de Yahvé. Con Abel, sólo se dice "volvió a dar a luz", sin especificar paternidad. Un poco más adelante, en Génesis 4:25 se vuelve a mencionar un parto de Eva referente a su tercer hijo, Set: "Adán volvió a tener relaciones con su mujer, que dio a luz a un hijo, al que puso por nombre Set".
Es decir, concretando:
Adán tuvo relaciones con Eva y como consecuencia nació Caín.
Eva parió a Abel.
Adán tuvo relaciones con Eva y como consecuencia nació Set.
¿Hay algo aquí que no cuadre? Lo cierto es que a Abel lo mata rápidamente Caín antes de que pueda tener descendencia, y aunque Caín es expulsado de su entorno familiar, Yahvé le asegura la protección:
Génesis 4:15:
Y Yahvé puso una señal a Caín para que nadie que lo encontrase lo atacara.
La Biblia dice que Caín tuvo celos de Abel porque era el preferido de Yahvé. Esto parece una técnica de triangulación para conseguir la enemistad entre los hermanos.
El primer exterminio se produce ya durante la primera intervención, cuando se fuerzan lluvias artificiales y se resetea la humanidad a partir de Noé:
Génesis 6:17:
Por mi parte, voy a traer el diluvio, las aguas sobre la Tierra, para exterminar todo viviente que tiene hálito de vida bajo el cielo: todo cuanto existe en la Tierra perecerá.
Es probable que estas lluvias tuviesen también la intención de ablandar la tierra para robar el humus y llevarlo a otros planetas. El exterminio de los animales no lo comprendo muy bien, es probable que también tuviesen especies creadas por ellos con las que sustituyeron a las anteriores.
Génesis 9:18-19:
Los hijos de Noé que salieron del arca eran Sem, Cam y Jafet. Cam es el padre de Canaán. Estos tres fueron los hijos de Noé, y a partir de ellos se pobló toda la Tierra.
Queda clara, entonces, la primera intervención. Hay alguna información adicional en el apócrifo libro de Enoch, pero no la incluyo aquí porque estos artículos se basan sólo en la versión canónica de la Biblia.
La segunda intervención arranca de Abrahán, que no creo que tuviese modificación directa de su ADN, pero sí que se detectó que aún preservaba mucha de la genética pleyadiana. Será su hijo Isaac el primer embrión modificado.
Génesis 12:1-7:
Yahvé dijo a Abrahán: "Vete de tu tierra, de tu patria y de la casa de tu padre a la tierra que yo te mostraré. De ti haré una nación grande y te bendeciré". [...] Llegaron a Canaán. [...] Por entonces estaban los cananeos en el país. Yahvé se apareció a Abrahán y le dijo: "A tu descendencia he de dar esta tierra".
A partir de Jacob, hijo de Isaac y producto a su vez de otra implantación artificial, es que desciende todo el pueblo hebreo. Jacob tiene trece hijos, una chica y doce chicos. La chica se llamó Dina y fue pedida en matrimonio por Siquén, hijo de un tal Jamor. Jacob en un principio acepta el trato, que tiene también condiciones económicas, pero luego Simeón y Leví, hijos de Jacob, sacan la espada y exterminan a toda la tribu de Jamor porque, según ellos, había sido previamente violada. Pero la venganza no se produce por la misma violación, porque ahí quedaron callados, sino justo antes de celebrarse la boda. No queda claro qué instrucciones siguieron Simeón y Leví, desde luego las de su padre no. Sabemos que, a lo largo de los años, los judíos no han aceptado las conversiones, ser judío es descender de Jacob, no es una cuestión de circuncidarse o no. Es una cuestión genética.
Génesis 34:21-26:
"Estos hombres vienen a nosotros en son de paz. Que se queden en el país y circulen libremente, pues ya veis que pueden disponer de tierra espaciosa. Tomemos a sus hijas por mujeres y démosles las nuestras. Pero sólo con esta condición accederán estos hombres a quedarse con nosotros para formar un solo pueblo: que nos circuncidemos todos los varones, igual que ellos están circuncidados. Sus ganados, hacienda y todas las bestias van a ser para nosotros, así que lleguemos a un acuerdo con ellos y que se queden con nosotros". Todos los que salían por la puerta de la ciudad escucharon a Jamor y a su hijo Siquén, y todos los varones se hicieron circuncidar.
Pues bien, al tercer día, mientras ellos estaban con los dolores de la circuncisión, dos hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, blandieron cada uno su espada y, entrando en la ciudad sin riesgo, mataron a todos los varones. También mataron a Jamor y a Siquén a filo de espada; tomaron a Dina de la casa de Siquén y salieron.
Este tipo de actuación se repite más adelante, en Números 25:6-9:
Resulta que un hombre, un israelita, vino y presentó ante sus hermanos a la madianita, estando presentes Moisés y toda la comunidad de los israelitas, que hacían duelo a la entrada de la Tienda del Encuentro. Al verlos Pinjás, hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, se levantó de entre la comunidad, lanza en mano, entró tras el israelita a la alcoba y los atravesó por el bajo vientre a los dos, al israelita y a la mujer. Entonces se detuvo la plaga que azotaba a los israelitas. Los muertos por la plaga fueron 24.000.
La Biblia de Jerusalén dice que ha traducido por "alcoba" lo que de modo literal era "cuarto abovedado" porque imagina algún tipo de prostitución. Yo no imagino esto, sino lo mismo que sucedió con Jamor y Dana, la preservación a cualquier precio de la pureza del ADN.
Todas las actuaciones de Yahvé dirigiendo el destino de Jacob y su descendencia obedecían a un plan a largo plazo:
Génesis 35:10-12:
Díjole Dios: "Tu nombre es Jacob, pero ya no te llamarás Jacob; tu nombre será Israel". Y le llamó Israel.
Díjole Dios: "Yo soy El Saday. Sé fecundo y multiplícate. Un pueblo, una multitud de pueblos tomará origen de ti y saldrán reyes de tus entrañas. La tierra que di a Abrahán e Isaac te la doy a ti y a tu descendencia". Y Dios subió de su lado.
Génesis 46:2-4:
Dijo Dios a Israel en visión nocturna: "¡Jacob, Jacob!". "Aquí estoy", respondió. "Yo soy Dios, el dios de tu padre; no temas bajar a Egipto, porque allí te haré una gran nación. Bajaré contigo a Egipto y yo mismo te subiré también. José te cerrará los ojos".
Una vez en Israel, los "hijos de Jacob" evitaron mezclarse con los egipcios, se casaban entre ellos y tenían el mayor número de hijos posible:
Éxodo 1:7:
Pero los israelitas eran fecundos y se propagaban; se multiplicaban y hacían muy fuertes, y llenaban el país.
En ese plan que los Elohim diseñaron es posible que se incluyese la esclavitud en Egipto, porque quien es esclavo tiene más interés en ser salvado y conducido a nuevas tierras. Tenía también Yahvé ya preparada la lista de pueblos que habían de ser exterminados.
Éxodo 3:7-10:
Yahvé le dijo: "He visto la aflicción de mi pueblo en Egipto; he escuchado el clamor ante sus opresores y conozco sus sufrimientos. He bajado para librarlo de la mano de los egipcios y para subirlo de esta tierra a una tierra buena y espaciosa; a una tierra que mana leche y miel, al país de los cananeos, de los hititas, de los amorreos, de los perizitas, de los jivitas y de los jebuseos. El clamor de los israelitas ha llegado hasta mí y he visto la opresión con que los egipcios los afligen. Así que ponte en camino: yo te envío al faraón para que saques a mi pueblo, los israelitas, de Egipto.
Yahvé guiará a los schasu a conquistar Canaán. Ya en Números 31:7-18 se puede ver el exterminio masculino y la estrategia de propagación de su genética:
Atacaron a Madián como había mandado Yahvé a Moisés y mataron a todos los varones. [...] Moisés se encolerizó contra los jefes de las tropas, jefes de millar y jefes de cien, que volvían de la expedición guerrera. Les dijo Moisés: "¿Pero habéis dejado con vida a todas las mujeres? Precisamente ellas fueron las que indujeron a prevaricar contra Yahvé a los israelitas, siguiendo el consejo de Balaán, cuando lo de Peor; por eso azotó la plaga a la comunidad de Yahvé. Matad, pues, a todos los niños varones. Y matad también a toda mujer que haya conocido varón, es decir, que haya dormido con varón. Pero dejad con vida para vosotros a todas las muchachas que no hayan dormido con varón.
En Números 33:50-56 Yahvé insiste en exterminar a los habitantes de las tierras conquistadas y no mezclarse:
Yahvé habló a Moisés en las estepas de Moab, cerca del Jordán, frente a Jericó. Le dijo: "Di a los israelitas: Cuando paséis el Jordán hacia el país de Canaán, arrojaréis a vuestra llegada a todos los habitantes del país. Destruiréis todas sus imágenes pintadas, romperéis sus estatuas de fundición y demoleréis todos sus altos. Os apoderaréis de la tierra y habitaréis en ella, pues os doy a vosotros todo el país en propiedad. [...] Pero si no expulsáis a vuestra llegada a los habitantes del país, los que dejéis serán para vosotros pinchos en vuestros ojos y aguijones en vuestros costados, y os oprimirán en el país en que vais a habitar. Y yo os trataré a vosotros en la forma en que había pensado tratarlos a ellos".
Este tipo de ideas siguen vigentes en el estado de Israel, estamos viendo lo que se hace en la franja de Gaza y Cisjordania. Los del gorrito negro no olvidan las escrituras.
No tiene un sentido económico que se conquiste un territorio y se extermine a toda la población para tener los invasores que trabajar la tierra con sus propias manos. A lo largo de la historia, se ha invadido países enteros y siempre se ha tomado control de la población, incluso han sido usados como esclavos. Un exterminio completo no se ha considerado nunca en general. Está la excepción de los nazis, que yo considero que representaban también una intervención del mismo tipo.
Puede leerse en la Biblia el rosario de matanzas sin sentido:
Deuteronomio 3:3-6:
Yahvé nuestro Dios entregó en nuestra manos también a Og, rey de Basán, con todo su pueblo. Lo derrotamos hasta no dejarle ni un superviviente. Nos apoderamos entonces de todas sus ciudades; no hubo ciudad que no les conquistáramos: sesenta ciudades, toda la comarca de Argob, del reino de Og en Basán, plazas fuertes todas ellas, con altas murallas, puertas y cerrojos; sin contar con gran número de ciudades de los perizitas. Las consagramos al anatema, como habíamos hecho con Sijó, rey de Jesbón; consagramos al anatema a toda ciudad: hombres, mujeres y niños.
El origen etimológico de la palabra "anatema" es el vocablo griego ἀνάθεμα, que significa "maldito" o "apartado". Pero en la Biblia consagrar al anatema significa simplemente exterminar.
Deuteronomio 7:1-4:
Cuando Yahvé tu Dios te haya introducido en la tierra en la que vas a entrar para tomarla en posesión, arrojará a tu llegada a naciones numerosas: hititas, guirgaseos, amorreos, cananeos, perizitas, jivitas y jebuseos, siete naciones más numerosas y fuertes que tú. Y cuando Yahvé tu Dios te las entregue a tu llegada y tú las derrotes, las consagrarás al anatema. No harás alianza con ellas ni les tendrás compasión. No emparentarás con ellas: no darás tu hija a su hijo ni tomarás una hija suya para tu hijo, porque apartaría a tu hijo de mi seguimiento y serviría a otros dioses; y la ira de Yahvé se encendería contra vosotros y apresuraría a destruiros.
Es interesante la referencia a no tenerles compasión, cuando "Dios es amor", nos dice la Iglesia. Es interesante también que hable de "otros dioses", no de "falsos dioses" o "ídolos", sino "otros", como si fuesen iguales que él.
Yahvé presta en todo momento asistencia tecnológica a los israelitas:
Deuteronomio 7:21-24:
Así que no tiembles ante ellos, porque en medio de ti está Yahvé tu Dios, Dios grande y temible. Yahvé tu Dios irá arrojando a esas naciones a tu paso, poco a poco; no podrás exterminarlas de golpe, no sea que las bestias salvajes se multipliquen contra ti. Será Yahvé tu Dios quien te las entregará y les infligirá grandes descalabros, hasta que queden destruidas. Entregará a sus reyes en tu mano y tú borrarás sus nombres de debajo de los cielos: nadie podrá resistir ante ti, hasta que los hayas destruido.
En Josué 6:20 se describe muy bien la toma de Jericó:
El pueblo lanzó el alarido y se tocaron las trompetas. Al escuchar el pueblo la voz de la trompeta, prorrumpió en gran alarido, y el muro se vino abajo. La gente escaló la ciudad, cada uno por el lugar que tenía enfrente, y se apoderaron de ella.
Me importa poco qué tipo de tecnología se usó para derribar las murallas, si fue explosiva o gravitatoria, lo importante es que siguen mecánicamente con su plan:
Josué 6:21:
Consagraron al anatema todo lo que había en la ciudad: hombres y mujeres, jóvenes y viejos, bueyes, ovejas y asnos cayeron a filo de espada.
Josué 8:24-25:
Cuando Israel acabó de matar a todos los habitantes de Ay en el campo y en el desierto, hasta donde habían salido en su persecución, y todos ellos cayeron a filo de espada hasta no quedar uno, todos los israelitas volvieron a Ay y pasaron a su población a filo de espada. El total de los que cayeron aquel día, entre hombres y mujeres, fue doce mil: todos los habitantes de Ay.
Josué 10:10-11:
Yahvé los desbarató ante Israel, que les causó una gran derrota en Gabaón: los persiguió por el camino de la subida de Bet Jorón y los fue destrozando hasta Azecá (y hasta Maquedá). Y, mientras huían ante Israel por la bajada de Bet Jorón, Yahvé lanzó del cielo sobre ellos hasta Azecá un gran pedrisco, que acabó con ellos.
Josué 10:28-42:
El mismo día Josué tomó Maquedá y la pasó a filo de espada, a ella y a su rey: los consagró al anatema con todos los seres vivientes que había en ella. No dejó escapar a nadie. [...] Josué, al mando de todos los israelitas, pasó de Maquedá a Libná y la atacó. Y Yahvé la entregó también, con su rey, en manos de Israel, que la pasó a filo de espada con todos los seres vivientes que había en ella: no dejó en ella ni uno solo con vida. [...] Josué, al mando de todos los israelitas, pasó de Libná a Laquis. La asedió y la atacó. Yahvé entregó Laquis en menos de Israel, que la tomó al segundo día, y la pasó a cuchillo con todos los seres vivientes que había en ella, lo mismo que había hecho con Libná. Entonces Horán, el rey de Guézer, subió en ayuda de Laquis, pero Josué lo derrotó a él y a su pueblo, hasta no dejar ni un superviviente. Josué, al mando de todos los israelitas, pasó de Laquis a Eglón. La asediaron y la atacaron. La tomaron aquel mismo día y la pasaron a cuchillo. Consagró al anatema aquel día a todos los seres vivientes que había en ella, lo mismo que había hecho con Laquis. Josué, al mando de todos los israelitas, subió de Eglón a Hebrón, y la atacaron. La tomaron y la pasaron a cuchillo, junto con su rey (y todas sus ciudades) y todos los seres vivos que había en ella. No dejó ni un superviviente, igual que había hecho con Eglón. La consagró al anatema, así como a todos los seres vivos que había en ella. Entonces Josué, al mando de todos los israelitas, se volvió contra Debir y la atacó. Se apoderó de ella, de su rey y de todas sus ciudades; las pasaron a filo de espada y consagraron al anatema a todos los seres vivos que había en ella, sin dejar uno solo con vida. Hizo con Debir y su rey lo mismo que había hecho con Hebrón, igual que había actuado con Libná y su rey.
Así conquistó Josué todo el país: la montaña, el Negueb, la Tierra Baja y las laderas, con todos sus reyes. No dejó ni un superviviente. Consagró a todos los seres vivos al anatema, como Yahvé, el elohim de Israel, le había ordenado.
Hay un momento en el que las distintas tribus que habitan Canaán se dan cuenta de que la amenaza es grave y se unen para defenderse. Ahí Yahvé pone en marcha su tecnología para seguir los exterminios:
Josué 11:1-8:
Cuando Yabín, rey de Jasor, se enteró de todo esto, mandó aviso a Yobab, rey de Merón, al rey de Simrón, al rey de Acsaf, y a los reyes de la parte norte de la montaña, del valle al sur de Quinéret, de la Tierra Baja y de las lomas de Dor al occidente. Los cananeos estaban instalados a oriente y a occidente; los amorreos, jivitas, perizitas y jebuseos en la montaña; los hititas en las faldas del Hermón, en el país de Mispá. Partieron, pues, con todas sus tropas: una muchedumbre innumerable como la arena de la playa y con gran número de caballos y carros.
Todos estos reyes coaligados acamparon, a su llegada, junto a las aguas de Merón, para luchar contra Israel. Yahvé dijo entonces a Josué: "No les tengas miedo, porque mañana a esta misma hora los haré caer a todos ellos muertos ante Israel; tú desjarretarás sus caballos y quemarás sus carros". Josué, con toda su gente de armas, los alcanzó de improviso junto a las aguas de Merón y cayó sobre ellos. Yahvé los entregó en manos de Israel, que los batió y persiguió por occidente hasta Sidón la Grande y hasta Misrefot y, por oriente, hasta el valle de Mispé. Los batió hasta que no quedó ni uno vivo.
Josué 11:10-14:
Por entonces, Josué se volvió, tomó Jasor y mató a su rey a espada. Jasor era antiguamente la capital de todos aquellos reinos. Pasaron a cuchillo a todo ser vivo que había en ella, dando cumplimiento al anatema; no quedó alma con vida. Y Jasor fue entregada a las llamas. Josué se apoderó de todas las ciudades, con sus respectivos reyes, y las pasó a cuchillo. De este modo, cumplió en ellos el anatema, según le había mandado Moisés, siervo de Yahvé.
Pero Israel no quemó ninguna de las ciudades emplazadas sobre sus montículos, con la única excepción de Jasor, que fue incendiada por Josué. El botín de estas ciudades, incluso el ganado, se lo repartieron los israelitas. Pero pasaron a cuchillo a todo ser humano hasta acabar con todos. No dejaron ninguno con vida.
En Josué 11:18-20 se llega a decir que Yahvé engañaba o manipulaba a aquellas tribus para que intentasen resistir el avance de los israelitas, para así asegurarse de que eran exterminados:
Largo tiempo estuvo Josué haciendo la guerra a todos estos reyes; no hubo ciudad que hiciera paz con los israelitas, excepto los jivitas que vivían en Gabaón: de todas se apoderaron por la fuerza. Porque era Yahvé quien endurecía su corazón para que combatieran a Israel y fueran así consagradas al anatema sin remisión y exterminadas, como había mandado Yahvé a Moisés.
Josué 11:21-22:
Por entonces fue Josué y exterminó a los anaquitas de la montaña, de Hebrón, de Debir, de Anab, de toda la montaña de Judá y de toda la montaña de Israel: los consagró al anatema con sus ciudades. No quedó un solo anaquita en el país de los israelitas; sólo quedaron en Gaza, Gat y Asdod.
En Gaza justamente están ahora acabando el trabajo.
En Josué 23:4-13 sigue insistiendo Yahvé en la preservación del ADN:
Mirad, yo os he dado por suertes, como heredad para vuestras tribus, esos pueblos que quedan por conquistar, así como todos los pueblos que yo exterminé desde el Jordán hasta el mar Grande de occidente. Yahvé mismo, vuestro elohim, los arrojará delante de vosotros, los expulsará a vuestro paso, y vosotros tomaréis posesión de su tierra, como os lo ha prometido Yahvé vuestro elohim. Esforzaos mucho en guardar y cumplir todo lo que está escrito en el libro de la Ley de Moisés, no apartándoos de ella ni un ápice, no mezclándoos con esos pueblos que quedan todavía entre vosotros. No mentaréis el nombre de sus dioses ni juraréis por ellos, no les daréis culto ni os postraréis ante ellos, sino manteneos unidos a Yahvé vuestro elohim, como habéis hecho hasta el día de hoy. [...] Pero si os desviáis y os unís a ese resto de naciones que quedan todavía entre vosotros, emparentáis con ellas y entráis en tratos con ellas, tened por sabido que Yahvé, vuestro elohim, no seguirá arrojando a esos pueblos que viven entre vosotros; serán para vosotros red, lazo, aguijones en vuestros costados y pinchos en vuestros ojos hasta que desaparezcáis de esta espléndida tierra que os ha dado Yahvé, vuestro elohim.
Y Josué en su último discurso vuelve a insistir. Josué 23:6-13:
Esforzaos mucho en guardar y cumplir todo lo que está escrito en el libro de la Ley de Moisés, no apartándoos de ella ni un ápice, no mezclándoos con esos pueblos que quedan todavía entre vosotros. [...] Pero si os desviáis y os unís a ese resto de naciones que quedan todavía entre vosotros, emparentáis con ellas y entráis en tratos con ellas, tened por sabido que Yahvé vuestro Dios no seguirá arrojando a esos pueblos que viven entre vosotros; serán para vosotros red, lazo, aguijones en vuestros costados y pinchos en vuestros ojos, hasta que desaparezcáis de esta espléndida tierra que os ha dado Yahvé vuestro Dios.
Una generación después, los israelitas parecen empezar a cansarse de tener que exterminar a tantas personas y no poder convivir pacíficamente, por lo que parece que aflojan un poco sus acciones. Esto contraria grandemente a Yahvé y manda a un ángel a amenazar:
Jueces 2:1-5:
El ángel de Yahvé subió de Guilgal a Betel y dijo: "Yo os hice subir de Egipto y os introduje en la tierra que había prometido con juramento a vuestros padres. Os dije que jamás rompería mi alianza con vosotros, pero que vosotros no debíais pactar con los habitantes de este país, sino que teníais que destruir sus altares. Pero no habéis escuchado mi voz. ¿Por qué habéis hecho esto? Por eso os digo que no los arrojaré de vuestra presencia; serán vuestros opresores, y sus dioses una trampa para vosotros". Así que el ángel de Yahvé hubo dicho estas palabras a todos los israelitas, el pueblo se puso a llorar a gritos. Llamaron a aquel lugar Bojín, y ofrecieron allí sacrificios a Yahvé.
En 2 Reyes 19:35 se explica cómo los exterminios a veces los realizaban los mismos ángeles:
Aquella misma noche el Ángel de Yahvé avanzó e hirió en el campamento asirio a ciento ochenta y cinco mil hombres. Al amanecer eran todos cadáveres.
La Biblia de Jerusalén y la Biblia de Navarra ponen sendas notas diciendo que probablemente fue un virus. Pero el texto dice claramente que los "hirió".
Se equivoca quien crea que los judíos fueron el pueblo elegido entre toda la humanidad. Embriones modificados como los de Isaac o Jacob debió haber cientos en todo el mundo. El mismo Yahvé tenía otros protegidos, por ejemplo los descendientes de Esaú, que fue el hermano de Jacob:
Deuteronomio 2:4-5:
Vas a pasar por el territorio de vuestros hermanos, los hijos de Esaú, que habitan en Seír. Os tendrán miedo, pero tened mucho cuidado; no los ataquéis, porque yo no os daré nada de su tierra, ni lo que ocupa la planta del pie, ya que la montaña de Seír se la he dado en posesión a Esaú.
También hubo tierra reservada para los descendientes de Lot, un sobrino de Abrahán:
Deuteronomio 2:9-12:
Yahvé me dijo: "No ataques a Moab, no le provoques al combate, pues yo no te daré nada de su tierra, ya que Ar se la he dado en posesión a los hijos de Lot". (Antiguamente habitaban allí los emitas, pueblo grande, numeroso y corpulento como los anaquitas. Tanto a ellos como a los anaquitas se los tenía por refaítas, pero los moabitas los llamaban emitas. Igualmente en Seír habitaron antiguamente los joritas, pero los hijos de Esaú los desalojaron, los exterminaron y se establecieron en su lugar, como ha hecho Israel con la tierra de su posesión, la que Yahvé les dio).
Bien es cierto que a los descendientes de Jacob se les reserva mucha más tierra porque son mucho más numerosos, sobre todo porque se había podido hacer con ellos ganadería extensiva en el desierto durante 40 años.
Otra vez se encuentran los israelitas con la tierra de los descendientes de Amón, que a su vez descendía de Lot. A ésos tampoco quiere Yahvé que se les toque:
Deuteronomio 2:17-23:
Yahvé me dijo: "Vas a cruzar hoy la frontera de Moab, por Ar, y vas a encontrarte con los hijos de Amón. No los ataques ni les provoques; pues yo no te daré nada de la tierra de los hijos de Amón, ya que se la he entregado en posesión a los hijos de Lot". (También ésta era considerada tierra de refaítas, que la habitaron antiguamente; los amonitas los llamaban zanzumitas. Eran un pueblo grande, numeroso y corpulento, como los anaquitas. Yahvé los exterminó al llegar los amonitas, que los desalojaron y se establecieron en su lugar. Así había actuado también en favor de los hijos de Esaú, que habitaban en Seír, exterminando a los joritas cuando ellos llegaron. Los de Esaú los desalojaron y se establecieron en su lugar, hasta el día de hoy. También exterminaron a los avitas, que habitan en los campos hasta Gaza, y a los caftoritas, venidos de Caftor; y se establecieron en su lugar).
Completado el trabajo, el Deuteronomio acaba en plan glorioso, con la muerte de Moisés y el supuesto disfrute a futuro de la Tierra Prometida. Pero, una vez cumplida su función de exterminio, el pueblo de Israel fue abandonado a su suerte por Yahvé y ya en el 722 a.C. es expulsado de su tierra por los asirios y no llegó asistencia tecnológica alguna y tuvieron una diáspora por todo el mundo, hasta que en 1948, después de haber sido genocidados parcialmente por los alemanes, volvieron a tener su estado por la intervención del Reino Unido y EEUU. Si los asirios hubiesen actuado igual que ellos, los habrían exterminado completamente y ahora no existirían.
Y aquí acaba mi lectura de la Biblia. Les reconozco a los judíos el haber escrito el mejor libro del mundo, ninguno de los que ha venido detrás lo ha podido igualar. No sólo consignaron con fidelidad todo lo que ocurrió, sino que hicieron una especie de thriller transgeneracional, con la escena final de Moisés viendo cómo todo su pueblo cruza el Jordán y él debe quedarse para ser sacrificado en una montañita. Todos los guiones de Hollywood están ya prefigurados en esos versículos.
Pero la realidad de la Biblia es que lo que dice es verdad, y esto no lo acepta la Iglesia. Es completamente cierto que Yahvé hablaba y comía, que se presentaba físicamente y que mató, exterminó y cometió los mayores abusos que la humanidad recuerda simplemente para imponernos ADN extraterrestre. Los Elohim nos trataron como animales, disrumpieron nuestra historia. No aparece en el Antiguo Testamento ningún "padre azul", ningún Dios bondadoso. Todavía no saben los judíos qué es lo que sucede tras la muerte, Yahvé no se preocupó de prometerles más que tierra seca en la que clavar la azada. Es muy lamentable que aún se siga leyendo este libro en sentido figurado. No hay ningún sentido figurado, la Biblia lo que cuenta es una intervención ET, una intervención que duró varios siglos, muy similar a la que ahora estamos sufriendo. Por eso es tan importante leer bien este libro y entender qué mecanismos de manipulación mental se usaron, porque esos mecanismos se están reactivando. La intolerancia, la supresión del discernimiento avanzan sin apenas resistencia. Esta vez puede que la operación no acabe en la imposición de otro ADN, pero sí en nuestra sumisión y domesticación como especie para servir a poderes externos.
El próximo artículo va a ser mucho más optimista, va a ser un bonito artículo sobre la verdadera realidad que subyace, el mundo álmico, la vida eterna y el ciclo de reencarnaciones.
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